No sé si habrá sido así
pero quiero
imaginar tu entierro
como en un western de John Ford o alguno de los tuyos:
a contraluz
siluetas oscuras recortándose sobre el horizonte
un atardecer
en la cima de un promontorio
on top of Peckinpah Mountain
tu tierra natal
ahora lecho tumbal
de Madera County (California)
No sé si habrán cantado para ti otra vez
por última vez
Las Golondrinas (Adiós, adiós)
ni si te habrán despedido como hubieras querido
(tú tan dado siempre a los adioses hasta luegos hasta siempres)
pero así lo espero y lo deseo
Los que en todo caso no estuvimos allí
ni supimos a tiempo de tu muerte
sino a toro pasado a toro muerto
– como siempre, demasiado tarde –
queremos a distancia despedirte
despedirnos de ti
decirte poco a poco
adiós
con un vaso de ron Bermúdez
a falta de tequila y whiskey de Kentucky
escuchando la música de Grupo Salvaje
cantando para ti (aunque sea mal) Las Golondrinas
oyendo una vez más la melodía que escribió Bob Dylan
para tu Billy
o la amistosa queja de John Stewart en Durango
y brindando por Pat Garrett y Billy the Kid
Pike Bishop y Deke Thornton
Ben Tyreen y Amos Dundee
Gil Westrum y Steve Judd
y también ¿cómo no? el explorador Sam Potts y el viejo Sykes
Lyle y Tector Gorch o Arthur y O. W. Hadley – confederados –
Cable Hogue y Hildy, Bennie y Elita, Ace y Elvira y Junior Bonner
Doc y Carol McCoy, el reverendo Joshua Duncan Sloane
y el solitario mayor Scott, Buck Roan, Alamosa Bill, el sheriff Baker
y su presentida viuda, Paco, Pete Maxwell, Rolf Steiner y el sargento
Gómez, Teresa María Santiago, y otra Teresa, y otra más
y Elsa Knudsen, y otra Elsa distinta, y Aurora, María, Malinche, Amy
la enfermera, el juez Tolliver, los rapaces hermanos Hammond, Tim Ryan y
Aesop, Sierra Charriba, Riago, Linda, Mapache, Jimmy Lee Benteen
y tantos otros – “buenos” o “malos” – que nunca olvidaremos
Te recuerdo hace quince años casi
en el puerto de San Sebastián, comiendo sardinas con whiskey
y hablando de tu gente.
O precipitando el destino de Billy el Niño susurrando unas palabras
a Pat Garrett: “Termina de una vez”. Era de noche.
Te hiciste viejo
sin dejar de ser niño
y quizá por eso ofendió tu inocencia
tu violencia de niño
tu falta de pretextos
Ahora estás – supongo que insolente – Knock-
Knockin’ on Heaven’s Door
allí te esperan ya
muchos amigos:
Strother Martin, Warren Oates, Ben Johnson, R. G. Armstrong
John Davis Chandler (si no reapareció), Slim Pickens, Chill Wills
Paul Fix, Paco Reyguerra, William Holden, Robert Ryan, Edmond O’Brien
Steve McQueen, Al Lettieri, Joel McCrea, Robert Webber, Gig Young,
Helmut Dantine, James Mason…
qué se yo cuánto más…
No estarás solo, no…
parece como si a tu paso la muerte acelerase su trabajo
así que pronto
seguramente se reunirán contigo
los más inverosímiles supervivientes, como El Indio Fernández:
estás bien acompañado
y es seguro que todos acabaremos antes o después por esos pagos
Tú que quisiste seguir sin éxito el consejo
de otro asesinado por la vida – Nicholas Ray – y buscaste tu refugio
sin cesar
en la Frontera
y luego al Sur
y más y más al Sur del Río Grande
y luego en cualquier tiempo y cualquier parte, más cerca y más lejos
y no pudiste encontrar
ni la Frontera (borrada, perdida, traicionada u olvidada)
ni el refugio deseado
ni en México ni en las mujeres
ni en el alcohol ni en el cine
cabalgas ahora con el corazón parado
sin saberlo
completamente solo
hacia el refugio final
Ya nadie marcará tus pasos
criticará tus muertes y tu obra
mutilará tus imágenes
cortará el hilo de tu relato
apuntará a tu cabeza
ni tratará de confinarte en la reserva que según él corresponde
al indio que a medias siempre fuiste
Avanza con tu grupo, contigo tu wild bunch y tus fantasmas.
Ya no nos preguntaremos más
A dónde irá
veloz y fatigada
la golondrina que de aquí se va…
Esta vez sí lo encontrarás
Dicen que a todo llegaste demasiado tarde
– cuando el cine americano y el western tocaban al ocaso –
pero ahora te has adelantado
has llegado antes de tiempo
a la Región Dormida
quizá porque te hartaste de esperar en vano
de tanta mezquindad y corrupción
de tanto obstáculo
y preferiste dar el grito de marcha definitivo
el Let’s go! final
So goodbye, Sam, goodbye, we’ll drink to you someday.
Poema inédito (6 de enero de 1985)