lunes, 17 de julio de 2023

Ramrod (Andre de Toth, 1947)

¡Qué grande es el cine! (06/09/1999)


Ejemplo típico de western raro, casi equidistante de la tragedia y el melodrama, del thriller y del cine negrola arbitraria y paradójicamente llamada en España La mujer de fuego – cuando Connie Dickason es realmente una mujer gélidamente calculadora, y sólo estratégica y metafóricamente podría considerarse como "incendiaria" - es una película que, desde su título original, Ramrod, aparece envuelta en ambigüedades y misterios: ramrod significa dos cosas; como sustantivo, es la "baqueta" o el "atacador" de un fusil, un título que podría haberse explicado en el western eastern Más allá del Missouri (Across The Wide Missouri, 1951, de Wellman), en cuyo espléndido final Clark Gable, sin tiempo para recargar su carabina de un tiro, dispara al indio que se abalanza sobre él la baqueta, pero que sorprende cuando uno acaba de ver la película, y que ignoro si se explicaría en la novela de Luke Short que le sirve de base argumental; como adjetivo, equivale (sin distinción género) a rígido, severo, estirado, o a todo ello en femenino, y no sé si tiene connotaciones negativas y se refiere al personaje más negativo y con mayor duplicidad de la película, que no es el villano nominal, el antagonista, sino el encarnado por Veronica Lake - por entonces casada con Andre de Toth -, o si es positivo y aplicable al muy serio y decente que interpreta Joel McCrea.

Es un western predominantemente nocturno y relativamente urbano, lo que ya saca a Ramrod del "montón"; no es un caso único, ni siquiera estrictamente "precursor", pero reúne varios rasgos que, uno por uno, pueden considerarse minoritarios, estadísticamente infrecuentes, y cuya confluencia hace que la película resulte muy sorprendente. Es de 1947, el mismo año que Pursued de Walsh, con la que comparte varias características anómalas, por lo que puede considerarse, pese a que nunca se mencione entre ellos, como uno de los primeros westerns "psicológicos" (o, para ser más exactos, con personajes complicados, intrigantes, retorcidos y hasta neuróticos).

Como en Pursued, llama la atención - si se le presta la que merece - la importancia de dos personajes femeninos contrapuestos, así como el carácter vacilante, fluctuante e inseguro del protagonista, que es muy poco lúcido, o el peso de su antagonista, la complejidad y densidad de la trama narrativa, el tupido tejido de relaciones que se analizan, y que tienen más importancia que las acciones, pese a ser pródigas en incidentes dramáticos, en idas y venidas constantes.

Esto significa que dramática, narrativa, psicológica y formalmente es una película muy evolucionada, y nada respetuosa de las supuestas y borrosas fronteras del género, que traspasa una y otra vez en todas direcciones, sin sumisión alguna a las normas no escritas. Razón por la cual, lejos de proporcionar meros placeres simples y primarios, sensibles durante la proyección pero olvidables después, y basados en el reconocimiento y en la familiaridad más que en la sorpresa y la intriga, como todos los westerns competentes, por tópicos que sean, Ramrod aguanta repetidas visiones sin producir nunca sensación de agotamiento, sino, por el contrario, la impresión de hallarse ante un pozo sin fondo, que se ahonda a medida que nos percatamos de nuevas implicaciones.

El propio uso de la cámara, más móvil y aéreo de lo usual por aquellas fechas en el género, insinúa desde el plano inaugural de la película que vamos a asistir a una obra que evita transitar por senderos trillados, con una grúa al cruzar el río Dave Nash (Joel McCrea), y un travelling lateral desde dentro del pueblo al que llega y que contempla con curiosidad su llegada: el ranchero Ben Dickason (Charlie Ruggles) con su hija Connie (Veronica Lake), guiada la carreta por Dave.

Un aire de misterio se instala desde el comienzo: se masca en el aire, se nota en el pueblo que algo sucede, aunque no sepamos aun qué exactamente.

Pronto el misterio difuso se convierte en suspense. Tensa espera, clima de expectación e incertidumbre; hay gente interesada en impedir que Connie se vaya en la diligencia con Walt Shipley (Ian MacDonald), para el que trabaja Dave.

El provocador Frank Ivey (Preston Foster), que es el más poderoso terrateniente de la zona, impide que Walt suba a la diligencia, que finalmente parte sin él, sin que este se atreva a dar el paso decisivo, ni Dave a intervenir en su apoyo, ni el viejo sheriff Jim Crew (Donald Crisp) tampoco frene la coacción de Ivey.

Dickason visita a su hija, que no le esperaba ni le recibe con agrado en su cuarto de hotel, para hacerla volver a casa; pero ella se niega, rompe totalmente con su padre, le advierte en serio y le echa con cajas destempladas. Vemos que hay entre padre e hija una relación borrascosa, cada cual encastillado en sus posiciones, y ella llena de resentimiento y rencor. Nuevo factor de sorpresa que se va acumulando a otros para construir un clima sumamente espeso, abierto a todos los desarrollos.

Mientras, observamos que la modista-costurera Rose Leland (Arleen Whelan) tiene una cierta relación con Dave, no tan clara, sin duda, como ella quisiera, no se sabe si por el carácter algo nómada de Dave o por su amistad (y atracción) hacia Connie. La película deja intuir, no suele exponer de modo explícito. Conviene, claro, estar pendientes de gestos y miradas, más expresivos que los diálogos y, a menudo, que los actos.

Es muy evidentemente una película de los años 40, uno de los casos en los que en el western se detecta la influencia - generalizada en el cine americano - de Orson Welles: en los interiores hay techos, profundidad de campo, ligeros contrapicados: en el bar, un matón a sueldo de Frank Ivey, Red Cates (Lloyd Bridges) provoca a Dave, que le pega con tal contundencia que obliga al sheriff a separarles y recomendarle que siga su camino errante, casi de vagabundo.

Pero lo que hace Dave, en lugar de marcharse, es ofrecer sus servicios a Rose, nueva propietaria del rancho Circle 66, antes de Shipley, prometiéndole que encontrará hombres para atender las faenas y para defenderlo.

El primer reclutado es Bill Schell (Don DeFore), un viejo amigo que acepta el trabajo más por oponerse a Ivey que por otra cosa, y al que, visto su ardor agresivo, Dave tiene que recordar que es él quien manda, si acepta el empleo, y que deben limitarse a defenderse, siempre dentro del máximo respeto a la legalidad.

Mientras Dave sigue contratando gente, y aprovechando la ausencia de Connie, los hombres de Ivey incendian el rancho, y así sólo encuentran cenizas cuando regresa con los nuevos vaqueros.

Dave va al pueblo en busca de Connie, que está conferenciando con su padre e Ivey, que tratan de disuadirla; sin decirle lo sucedido ante ambos, Dave la recoge y la acompaña. Deciden "tomar" una cabaña de Ivey, expulsando de ella a Ed Burma (Ray Teal) y otros peones.

Como represalia, Virg Lea (Wally Cassel), uno de los pistoleros de Ivey, golpea brutal y sistemáticamente, mientras otros dos lo sujetan, al maduro y calvo Curley (Nestor Paiva).

Indignada, Connie abofetea a Ivey, que observa con cierto placer que es la primera vez que le ha tocado; ella le abofetea varias veces seguidas, hasta que él la sujeta y dice a W.C. que siga castigando sistemáticamente al impotente Curley.

Connie lleva en la carreta al malherido Curley al médico, que no está, pero llega Dave y le dice que lleve al agonizante vaquero maduro casa de Rose.

Magnífica grúa que sigue/precede a Dave, caminando con decisión e impulso indetenible a ver al sheriff y tratar de hacerle actuar, que retrata el carácter del protagonista, una vez que se carga de razones y se indigna, mejor que ningún diálogo.

Por su cuenta, Bill Schell provoca a Burma; al negarse este a desenfundar, le quema la mano con su puro, y en cuanto lo intenta le mata.

Empieza a desencadenarse algo muy parecido a una guerra de bandas, de las que tanto abundan en el cine de gangsters.

En un momento dado, Dickason, pidiendo explicaciones a Dave acerca de su actitud, le pregunta "Were you after Connie?" (delante de Rose); Dave le contesta secamente, con tono de advertencia: "Just pretend you never asked that" (y al salir tiene un gesto no subrayado y apenas perceptible, pero magistralmente dado como revelador, apretando el brazo de Rose al pasar junto a ella, camino de la puerta, como para, sin palabras, sin comprometerse, sin mentirle, darle una seguridad que ella, obviamente, no tiene).

Connie coquetea con Bill, tienta su carácter impulsivo y su animosidad hacia Ivey, usando calculadoramente su atractivo (ya advirtió a su padre, al romper con él, que lucharía, aunque, como es una mujer, lo haría sin pistola) para utilizarle en provecho propio. Por un lado, comenta que "Dave's ways are too slow" (pues exige el respeto a la ley, y esperar al ataque para defenderse justificadamente, sin tomar la iniciativa nunca); por otro, le sugiere que provoque una estampida de la que acusar a Ivey y así "cargarse" de las razones que exige Dave para actuar o forzar la intervención del sheriff.

Hay cierta afinidad, sin duda, entre Connie y Bill, con lo que no es difícil que ella le seduzca. En seguida, Bill provoca la estampida; eso impulsa al sheriff a ir al rancho de Ivey. Advertido de que se acerca Crew, el cínico Ivey avisa a Wally Cassell de que se vaya - pensando que viene a pedir cuentas por la agresión mortal a Curley -, mientras espera en el porche a su visitante. Pero se encuentra con la sorpresa de que no es esa la jugada que se trae el sheriff entre manos, sino que pretende nada menos que llevarle a él a la cárcel, por la estampida (que ignora Ivey).

El truco urdido por Connie y ejecutado por Bill da resultado; pero Ivey mata a Crew, y manda al pueblo a Red Cates para esparcir el rumor de que el "fugitivo" Wally Cassell fue quien mató a Crew.

Tanto Ivey como Connie son seres sin escrúpulos y maquiavélicos, aunque los dos se pasan de listos. Más manipuladora y retorcida ella, ya que no usa la fuerza, y depende más de la astucia y de su poder de seducción.

El joven Link, cuenta a Connie lo que sucedió realmente, que fue Bill (y no Ivey) quien provocó la estampida; ella, de nuevo seductora, le dice que Bill seguía sus órdenes y le hace prometer que no dirá nada.

Mientras, una nueva reacción se ha puesto en marcha, por efecto de las maniobras manipuladoras de Connie: Dave ha salido en pos de Virg Lea (Wally Cassell), dispuesto a vengar la muerte de Crew (de la que es totalmente inocente) y la paliza al malherido Curley. Magnífico movimiento de cámara - que capta el impulso imparable de Dave, incontenible una vez que, por reflexivo que sea, se lanza a la acción - que sigue a Dave a caballo, por el desierto, buscando huellas.

Cauteloso, avanza entre matorrales hasta sorprender en el río a Virg; le dispara. Antes de morir, Virg le dice que fue Ivey quien mató a Crew; los hombres de Ivey apostados para cazarle, usando a Virg como señuelo, disparan y hieren a Dave, que mata a sus atacantes y monta con esfuerzo al caballo, que se acerca a él al verle herido.

Dave llega, desplomándose, a casa de Rose: "You'll have to help Me, Rose"; al entrar y acercarlo a la cama, Dave pregunta "Where's Curley?", y Rose replica escuetamente "Died this afternoon". De nuevo aparece el ocupado médico, esta vez para tratar de curar a Dave. Llega Bill a casa de Rose, y ven que viene en su busca también Ivey; Bill esconde a Dave, sosteniéndolo tras la puerta, mientras la vieja que vive con Rose pretexta estar sin vestir para impedir la inspección de Ivey.

En cuanto sale, entre Bill y Rose llevan a Dave a escondidas, por la noche, burlando la vigilancia de Ivey y sus hombres, hasta la diligencia, le meten en ella.

Es un film negro con complejas idas y venidas, con suspense, con una acción concentrada a un ritmo endiablado en un metraje normal. Rose da un beso (Thank you) a Bill cuando sale la diligencia, tras pararla un momento Ivey para preguntar al cochero si ha visto a Dave.

Tensa visita de Connie a Rose, preguntando dónde está Dave. Ella se niega a decírselo, pero Connie lee pistas.

Connie, de hombre, llega al escondrijo - en una gruta - donde ha ocultado Bill, tras recogerlo de la diligencia, a su viejo amigo Dave.

Connie pacta con Bill - es casi un chantaje - que no dirá que él mató deliberadamente a Burma y él callará que fue ella la que le hizo provocar la estampida que acabó ocasionando la muerte del sheriff.

Connie vela a Dave, dormido en sus brazos junto a la hoguera, acariciándole la cabeza, en su único momento medianamente tierno en toda la película (aunque hipócrita: lo cierto es que le está ocultando cosas, y acaba de convencer a Bill de la conveniencia para ambos de seguir manteniéndole en la ignorancia).

Les alertan de que, aunque ella creyera que no, por lo visto los hombres de Ivey siguieron la pista de Connie y se acercan al escondite.

Bill hace un movimiento de diversión para permitir que escape Dave, aún débil y herido el brazo izquierdo (aunque es diestro); antes de separarse, Bill le confiesa (delante de Connie, sin que ella haga lo propio ni él la delate) a Dave (que lo sabía) que mató a Burma deliberadamente, tras provocarle, para poner en marcha la "guerra" entre ambos bandos. Antes de separarse a su vez, Connie hace prometer a Dave que volverá (se sobreentiende que por ella).

Bill escala posiciones en las rocas; tiroteo. Le rodean, esperan a la noche y entonces, mientras le distraen sus hombres, sobre todo el anticuado bigotudo al que está entretenido replicando, Ivey con un rifle de 2 cañones se le acerca por detrás y lo "ejecuta" con dos tiros a quemarropa por la espalda; con satisfacción, enciende una cerilla para ver a quién ha matado (debe creer que a Dave).

Dave llega al rancho de Dickason, y le advierte al padre de Connie que tendrá que cogerle un caballo de refresco; mientras dice a Link que se lo traiga, el apesadumbrado (y siempre obediente a Ivey) Dickason comenta a Dave (dándole la tremenda noticia) que Ivey no debía haber matado de ese modo (con dos tiros en la espalda) a Bill Schell.

Mientras ensilla, Link le cuenta a Dave (segunda revelación) la verdad que ignora: que Connie dio la orden de provocar la estampida (lo que la convierte en responsable de cuanto ha sucedido, desde la muerte de Crew a la de Bill, pasando por la de Virg, de la cual él fue inconsciente instrumento).

A escondidas, en el pueblo, Dave se mete en la oficina del sheriff; de madrugada, despierta, ve por la ventana la llegada de Ivey y los suyos, coge uno de los rifles de Crew y sale a enfrentarse con su enemigo, con el brazo izquierdo en cabestrillo. Va hacia Ivey, que le dice que no le dará tiempo y desenfunda, pero Dave le mata.

Se acercan corriendo tanto Connie, que llega a él primero y le abraza, como Rose, que se vuelve al verlos juntos.

Pero Dave no presta atención a Connie: "Not we, Connie, just you, alone", y sigue tras Rose, entra en su casa, comenta "That sure is a pretty dress", y le pregunta qué va a hacerse como traje de novia; se abrazan.

Notas para la intervención en la sesión de “¡Qué grande es el cine!” emitida el 6 de septiembre de 1999

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