miércoles, 17 de abril de 2024

Bâd mara knahâd bord... (Abbas Kiarostami, 1999)

Aunque con cierto retraso, como casi siempre lo más interesante, ayer nos llegó un buen regalo de Reyes con El viento nos llevará, la última película del iraní Abbas Kiarostami y la mejor de las tres estrenadas en España, aunque a mi modo de ver parezca haber perdido irremisiblemente la verdadera sencillez que hizo de sus primeros largometrajes la revelación cinematográfica de los años 90.

Hoy, aunque A través de los olivos, El sabor de las cerezas y, sobre todo, El viento nos llevará sean películas espléndidas, de gran belleza y de aparente sencillez y limpidez, sobre todo comparadas con lo que habitualmente nos llega, no creo que quepa depositar en él esperanzas de renovación, ya que parece haber entrado en una fase de relativo manierismo, que casi supera en esta última obra, pero que hace todavía imposible experimentar en ella otra emoción que no sea la puramente estética, o la que despierta su ingenio para conseguir mantenernos intrigados, casi en vilo, mientras nos suministra un mínimo de información acerca de los personajes y su entorno, apenas sucede gran cosa (salvo la espera de un acontecimiento que ignoramos) y la acción es, en sí misma, tan banal como poco espectacular o dramática.


Su valor máximo reside, creo yo, en su capacidad para obligar, a quien entre en el juego que Kiarostami nos propone, a renovar o refrescar su mirada, haciéndonos recuperar la atención que cada plano, cada encuadre, cada gesto, cuando significan algo, requieren y, en contrapartida, suelen recompensar con creces. Operación profiláctica, de limpieza mental y sensorial, de antídoto contra la estruendosa estupidez reinante, que merece el interés de cualquier cinéfilo que se resista a ser convocado a acudir al cine "en manada", pero dispuesto a hacerlo como individuo libre y despierto, capaz de pensar por su cuenta y de interpretar la sucesión de planos que es el cine cuando merece ese ilustre nombre centenario, tan a menudo usurpado hoy por diversas formas de barbarie, publicidad o basura.

Texto preparatorio para la intervención en El Séptimo Vicio, en Radio 3 (6 de enero del 2000).

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