miércoles, 10 de septiembre de 2025

To Be Or Not To Be (Ernst Lubitsch, 1942)

 

¡Qué grande es el cine! (23/12/2002)

José Luis Garci modera el debate en torno a la película ‘Ser o no ser’ de Ernst Lubitsch (1942). En compañía de Miguel Marías, Juan Antonio Porto y Beatriz Pérez Aranda.

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Rodada en el peor momento para los aliados de la II G.M., estrenada cuando Estados Unidos acababa de entrar en la contienda, Ser o no ser tardó 28 años en llegar a España. Señal de que no agradó a los simpatizantes de Hitler; sin embargo, y aunque hoy pueda sorprender, fue una película críticamente menospreciada en su momento, malentendida y acusada de “mal gusto” (a eso Lubitsch estaba acostumbrado) y de falta de tacto (es de suponer que algunos actuaban con la misma “prudente” autocensura que el funcionario polaco que prohíbe, en el film, el estreno de la obra de teatro “Gestapo”, para no irritar a los nazis... que estaban invadiendo Polonia sin previa declaración de guerra), a veces con la inverosímil excusa de "tomarse a broma" el drama de Polonia (país hacia el cual no hay la mínima falta de respeto, sino una admiración que Lubitsch no hace extensiva a uno solo de sus compatriotas alemanes). Que la película era un acto de fe y de valentía (de haber ganado Hitler, como entonces no era en absoluto descartable, cuantos intervinieron en ella se la jugaban) parece evidente, y sólo una rigidez academicista y compartimentadora de los géneros puede considerar inadmisible el enfoque irónico, burlón y farsesco, que por otra parte es el empleado ese mismo año por Leo McCarey en Once Upon a Honeymoon y dos años antes por Charlie Chaplin en The Great Dictator (El gran dictador). Ridiculizar a Hitler era un modo de combatirlo y desenmascararlo como una grotesca caricatura, burlarse de él una forma de molestarle y de no tenerle miedo, de no tomarse en serio sus ideas, de contrarrestar el derrotismo y la desmoralización, de resistir conservando al menos el sentido del humor.

Por lo demás, describir To Be Or Not To Be simplemente como una "comedia" es, como poco, una inexactitud. Lo es, y de las más grandes, pero sólo en parte; otra parte es una película histórica, política, de guerra, de espionaje y resistencia completamente seria y realista. Que en ese combate los civiles que son cómicos de profesión y por vocación empleen los recursos de su oficio y de su arte no era sino un modo de decir que la lucha no estaba reservada a los militares, sino que cualquiera podía y debía participar en ella, aprovechando sus habilidades o facultades en lugar de jugar a los soldados, probablemente sin conseguir resultados y provocando represalias.

El guión de To Be Or Not To Be es uno de los más complejos -pero claros-, inteligentes y perfectos que se han escrito. Pero era un guión extremadamente difícil de realizar con éxito, sin caer en la confusión, sin alargarse, sin que perdiera tanto la gracia como la tensión. No creo que nadie más que Lubitsch hubiera sido capaz de filmarlo sin echarlo a perder. Piénsese en todo lo que cuenta en sólo 99 minutos y sin que en ningún momento nos perdamos ni caigamos en la confusión y el desconcierto, pese al juego constante con la realidad y la apariencia, los grados de simulación y representación, la combinación de azar, planificación e improvisación.

Texto preparatorio para la intervención en ¡Qué grande es el cine! (23 de diciembre de 2002)

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