lunes, 9 de diciembre de 2024

Descubrimiento de un blog

Aunque parezca mentira, esta historia tiene algo de intriga policiaca.

Mi primera noticia de la existencia del autor de los textos que componen este libro es la lista de un desconocido llamado Jesús Cortés y que encima resultaba ser español en la revista digital, por entonces aún muy interesante, Senses of Cinema, de origen australiano. No sólo era una lista de 10 películas preferidas que podía ser la mía, cosa ya rarísima, sino que los directores que lamentaba tener que omitir eran más o menos los mismos que deploraba yo no haber podido incluir. Ni con José María Carreño, Victor F. Perkins o Jean Douchet (con Manolo Marinero, Robin Wood o Jacques Lourcelles las discrepancias podían ser más frecuentes y mucho mayores, pese a los muchos acuerdos) había estado nunca tan en sintonía. Como su curriculum mencionaba colaboraciones en revistas cuya existencia yo ignoraba y que quizá ni fueran de cine, traté de averiguar quién era tan insospechado afín, que por algunas pistas marginales supuse notablemente más joven. Pero buscando su nombre me encontré con bastantes homónimos, desde un bailaor flamenco a un funcionario de la Junta de Andalucía. Sin resolver el enigma, me llegó noticia de que los malpensados de siempre pensaban que yo votaba dos veces, una de ellas bajo ese pseudónimo, y eso que yo casi nunca he usado tal artilugio, por lo menos desde 1970.

Tiempo después, curioseando en la red, me intriga un blog titulado, para mí godardianamente, Un blog comme les autres, que, sorpresa, resulta no estar escrito en francés, no ser sobre Godard (aunque tampoco ajeno u hostil, como tantos), y ser obra de un tal… Jesús Cortés. Escribo un comentario, y a partir de ahí voy descubriendo con el tiempo que Jesús, que por edad podría ser hijo mío, que es sevillano y que tiene unos antecedentes que en nada se parecen a los míos (roquero, entre otras cosas). Alguno pensará, de nuevo erróneamente, que le he influido mucho, cosa que encuentro inverosímil: su estilo – que lo tiene – en nada se parece al mío, ni en la escritura ni en el enfoque crítico, y no creo yo que me haya leído mucho, a lo sumo lo que es normal tropezarse conmigo cuando llevo más de medio siglo en activo. Si conseguimos estar bastante o incluso muy a menudo asombrosamente de acuerdo es, yo diría – porque es la única explicación que se me ocurre – por pura casualidad. Ya sé que los que Hitchcock llamaba “verosimilistas” no creen en ella, pero existir existe, como las meigas. Hasta tal punto es raro lo mucho que yo estoy de acuerdo con él, o él conmigo si yo he visto la película antes, que ya he dicho a más de uno que me demandaba o sugería que escribiera un blog que no hace ninguna falta, que si quiere saber mis opiniones consulte las de Jesús y casi seguro acertará, a lo sumo será una diferencia de grado: algunos cineastas y algunas películas, gustándonos o desagradándonos a ambos, a uno le apasionan o irritan más y otras menos.

Pero lo importante no son tanto los gustos o las afinidades o las coincidencias (que también pueden obedecer a razones muy diferentes e incluso opuestas); de hecho, muchas veces interesan más los críticos discrepantes si sus razonamientos son buenos y le hacen a uno dudar de la primera impresión propia. Lo más importante es lo que Jesús Cortés escribe, que suele ser inhabitual, imprevisible, bien escrito y revelador a menudo de facetas que uno sólo había entrevisto. En eso se parece, nueva sorpresa, al japonés Hasumi Shigehiko, del que uno lee, asombrado, su original enfoque del cine de Ozu Yasujirō o Narusē Mikio, y se pregunta, intrigado, en qué aspectos inéditos, insólitos o inatendidos de John Ford o Howard Hawks concentrará su interés, para descubrir que, efectivamente, cuando escribe sobre ellos, en lugar de repetir las observaciones más tópicas de los demás, nos hace ver algo que apenas habíamos intuido o de lo que no éramos plenamente conscientes. Es decir, que nos ayuda a ver mejor y más en una película que antes de su intervención. Lo cual me parece una de las funciones útiles de la crítica. Que reconozco no son muchas, pero las posibles no deben ser olvidadas o rehuidas, como hoy tan a menudo, en mi opinión, sucede.

Otra de esas funciones posibles y deseables de la crítica consiste en no ser conformista, seguidista y acrítica, y en ayudar a descubrir películas o cineastas ignorados o menospreciados u olvidados, y estimular a los lectores no a obligatoriamente admirarlos, sino simplemente a mirarlos con atención y quizá a disfrutar de ello.

No cuento otra virtud elemental pero, ay, a mi juicio muy infrecuente: Jesús Cortés escribe bien. Sin pretenciosidad pseudo-literaria, sin pedantería falsamente tecnicista, sin recurrir a jergas psicoanalíticas o las que estén de moda cada temporada, sin guiños de complicidad a los de la secta. Sus opiniones son las suyas, se suele entender lo que quiere decir, que es precisamente lo que escribe. Y se puede disfrutar con su lectura incluso cuando se discrepa en algún aspecto o matiz.

Como todo lo dicho no es frecuente, se deduce que es una lectura que vale la pena. Se lo dice alguien que lleva casi 55 años leyendo mucha crítica de cine y que ya no soporta casi ninguna.

Prólogo de “En los márgenes de la Historia del cine : Un blog comme les autres” de Jesús Cortés. Santander : Shangrila, noviembre de 2020.

3 comentarios:

  1. Ese libro de recopilación y selección de escritos de Jesús Cortés es excelente. Sólo lamento que, al publicarlo, se retiraran de su blog los artículos reunidos y se perdieran los comentarios que los lectores habían añadido en cada publicación. Recuerdo que en su momento Jesús Cortés lo avisó, por si alguien quería guardarse de algún modo los comentarios para sí (imagino, aunque no los recuerdo todos, que había intervenciones del propio Marías), pero al final inevitablemente se pierde la facilidad en el acceso. Por lo demás, el libro es excelente, como todo el blog de Jesús Cortés en general, cuya lectura y consulta periódica recomiendo.

    (Añado una anécdota personal, irrelevante pero simpática. Encargué el libro, en una librería de la ciudad donde resido, cuando se publicó. La librera, no especialmente cinéfila, cuando me lo trajo me preguntó si sabía qué película era la de la portada, porque le había gustado la imagen y le gustaban mucho Deborah Kerr y Gregory Peck y quería buscarla. Le dije que se llamaba «Días sin vida» en español. En alguna ocasión posterior en que fui por allí, le pregunté si la había visto y me dijo que sí y añadió con satisfacción que le había gustado mucho.)

    ResponderEliminar
  2. Los textos de Jesús Cortés los estamos publicando poco a poco en la siguiente página, incluidos los que retiró del blog: https://letterboxd.com/not_jesuscortes/

    Para leer también los comentarios tienes que meterte en archive.org y ahí los encontrarás: https://web.archive.org/web/20191020223751/http://postcefalu.blogspot.com/

    Un saludo y gracias por el comentario.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No conocía esas posibilidades. Muchas gracias. :)

      Eliminar