Conocía el Guncrazy de Tamra Davis a través de un vídeo en V.O., y no lograba comprender por qué demonios no se estrenaba uno de los pocos remakes recientes que, sin llegar a la altura del original —el visionario y magistral Gun Crazy o Deadly Is the Female (El demonio de las armas) que rodó en 1949 Joseph H. Lewis, uno de los grandes autores agazapados en la serie B—, vale la pena ver.
Lo primero que hace la realizadora de esta nueva versión, quizá provocada por el título alternativo del original, es dar otro punto de vista, más centrado en la protagonista que fascinado por ella; que ambos resulten tan ingenuos, torpes y en el fondo inocentes procede quizá de una actitud más pro-juvenil, ya adoptada en 1947 por Nicholas Ray en su genial primer film, el argumentalmente bastante parecido They Live By Night.
Lo segundo que hace Tamra Davis es actualizar la historia, con lo que evita el efecto "retro" y el servilismo (generalmente de boquilla) al modelo clásico, al tiempo que demuestra el carácter anticipador y moderno de la película de Joseph H. Lewis (en esto diverge de lo que hizo Robert Altman al rehacer They Live By Night con el título de la novela de Edward Anderson en que se inspiró Ray, Thieves Like Us).
La tercera operación que da sentido a este remake es la elección de actores, sobre todo de la inquietante Drew Barrymore para el papel femenino principal, aunque también da muestras de buen ojo en la elección de secundarios como el warholiano-morriseyano Joe Dallessandro y Michael Ironside.
Para colmo, la película está realizada con precisión, seguridad y energía —y eso que debe ser la primera de Tamra Davis, sólo sé de una posterior, CB4 (1993)—, y no comete ni las torpezas que se toleran a los novatos ni las bobadas que hoy está de moda hacer —como en cada momento— para pasar por "brillantes" y al día e impresionar no se sabe si a los críticos, a los distribuidores o al público. Lástima que Tamra Davis fuese despedida a las tres semanas de empezar el rodaje de Cuatro mujeres y un destino (Bad Girls, 1994) y sustituida por Jonathan Kaplan, porque eso puede dificultar una carrera que prometía ser digna de seguir.
En “Todos los estrenos. 1994”. Madrid : Ediciones JC, diciembre de 1994.
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