1. Desde tu primer largo, acabado en 2004, hasta ahora, sólo has hecho otro. Sé que en los dos has empleado mucho tiempo, pero ¿te ha preguntado algún productor, alguna TV, si tienes algún proyecto, o te han propuesto ellos que hicieras algo? Y en caso afirmativo, ¿cine de ficción o documental?
La verdad es que no, no he tenido ninguna propuesta que recuerde. Sí que he hecho algunas cosas cortas por encargo, ligadas a la didáctica del cine o, recientemente, unos vídeos de museo que se integraron en una exposición del artista Francesc Torres para la Biennale de Venecia.
2. No sé si es el caso, pero tengo la impresión de que no tienes por ahí unas historias que deseas contar y para las que busques medios, ni un libro que te apetezca adaptar al cine. Pero ¿quizá sí una cuestión o un problema que quieras investigar con la cámara y el micro?
Bueno, hay muchas cosas que me gustaría investigar con una cámara. Pero también pienso que no tiene por qué ser una película, un largometraje. Un proyecto que siempre está ahí es el de viajar por los pueblos – sobre todo de Soria y alrededores – para recuperar y conservar, cámara en mano, aquellos lugares, rostros, historias y canciones que están desapareciendo o van a desaparecer, inevitable y desgraciadamente. Me gustaría integrar ese proyecto con más gente y con otros proyectos ajenos con los que formar un gran archivo de la memoria.
3. El cielo gira tenía un claro elemento autobiográfico, y tu propia voz en primera persona; Mercado de futuros es algo menos personal, a lo que veo más posibilidades de prolongación futura, pero ¿has pensado en seguir contando lo que ha ido sucediendo en Aldealseñor (el propio palacio convertido en hotel) o sus alrededores (el proyecto de Ciudad Sostenible)?
Toda la comarca de Tierras Altas sigue siendo un lugar inhóspito, solitario, bello y genuino por muchas cosas. Todos esos lugares tienen un montón de cosas que contar.
4. ¿Has pensado (si no te lo han propuesto) en hacer cine de ficción, en escoger y dirigir actores... o más bien usarías como intérpretes a no profesionales?
La verdad es que dirigir actores me parece una de las cosas más difíciles del cine. Quizá lo que más me gustaría intentar es el trabajo con actores no profesionales, en eso el que me parece un maestro es Ermanno Olmi.
5. No te veo “modelos”, pero quizá sí admiraciones. ¿Qué películas sientes más cercanas, documentales o no, antiguas o recientes?
Siempre están ahí Vigo, Eustache, Pasolini, Ozu, Kiarostami, Erice… y unos cuantos autores más y muchas y variadas películas. Por otro lado, siempre me ha interesado el trabajo más experimental, artesano y combativo como el de Chris Marker o Franciszka y Stefan Themerson en sus trabajos cortos. Todos aportan algo, renuevan la mirada, incluso siguen haciéndolo hoy en día frente a los lenguajes uniformados.
6. Nunca he entendido que se pueda escribir un “guión” de un documental, pero hay gente que lo hace. ¿Tú cómo te preparas, cómo buscas financiación, cómo estructuras lo que vas filmando y montando, cómo terminas la película?
En El cielo gira no había guión pero si unas previsiones de rodaje y mucho trabajo de observación. En Mercado de Futuros junto a Arturo Redín hicimos un guión previo al rodaje, desarrollado y completo, aunque luego acabara en la papelera, pero eso no quiere decir que no sirviera para nada. Hay mucha observación, documentación, previsiones, apuntes, montajes parciales, antes y durante el rodaje. Luego, el material rodado es como una memoria en bruto de la experiencia y el tiempo vivido durante el rodaje. Es la memoria de un viaje y a esa memoria hay que darle forma en la mesa de montaje. En la mesa de edición se comprende lo que se vivió, se comprende mejor y de otra manera. La experiencia del tiempo de rodaje y montaje cambia también tu mirada sobre las cosas, ese cambio sería imposible en un guión cerrado y pensado de antemano.
7. ¿Tienes “teorías” sobre el documental o un acercamiento, en cada caso, más intuitivo y práctico?
No tengo teorías sobre el documental. Me gusta pensar que hay tantas formas de documental como de mirar algo. Al repasar la historia del cine nos damos cuenta de que hay muchas formas de eso que llamamos documental. Algunas han cristalizado en géneros – el retrato, el diario, el viaje, el manifiesto, la crónica, el ensayo, la poesía – como ocurre también en la literatura.
8. ¿Crees importante que un documental refleje un punto de vista o más bien lo contrario, que aspire a la “objetividad”?
La objetividad es imposible, siempre hay una mirada. Quizá solo no hay mirada cuando el documental se convierte en un género con sus códigos prefijados. De todas formas, más que de objetividad-subjetividad se puede hablar de qué espacio se deja a la mirada del espectador. Creo que la cámara atrapa imágenes y sonidos como pájaros en una jaula. Y luego hay que liberarlas. Muchas veces me ocurre que, si intento dar forma a las imágenes según mi punto de vista, luego, al ver el resultado, me arrepiento y quisiera algo menos interpretado. Y al contrario también ocurre. Hay imágenes que dejo libres y luego creo que necesitan algún tipo de explicación, de comprensión o de escritura, para ser verdaderas.
9. ¿No hay en tiempos de crisis como los actuales mil cuestiones que abordar documentalmente – y yo entiendo por eso, como decía Jean Vigo, dar “un punto de vista documentado” –, tratar de hacer visible aquello sobre lo que se discute desde perspectivas opuestas, con mucha desinformación?
Siempre me planteo como necesaria esta cuestión – no solo en tiempos de crisis –. Recibimos diariamente un aluvión de imágenes, por diversas fuentes y canales. Todas quieren imponerse sobre otras y en esa pelea todas las imágenes tienden a la uniformización, sobre todo en los mass media y siempre que hay intereses publicitarios o político-ideológicos, aunque no solo en ese terreno. Las imágenes hoy en día más que nunca, conforman nuestra visión del mundo. Quizá lo más importante hoy en día es oponerse a esa estandarización de la mirada. Todos los asuntos pueden ser tratados de una manera cinematográfica, ensanchando la forma de mirarlos. Creo que la primera exigencia al tratar de documentar algo es evitar las imágenes descuidadas y uniformadas, el discurso uniformado y convencional. Y como espectadores o ciudadanos, creo que el primer derecho que tenemos es el derecho a la mirada, y después vienen todos los demás.
Encontros Cinematográficos de Fundão (30 de marzo de 2014)
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