Ver el mundo a través de los ojos y el cerebro de un bebé, desde el instante de su nacimiento hasta que, todavía incapaz de hablar, empieza a comprender lo que dicen los adultos, es —creo yo— la ambición de cualquier padre, especialmente cuando tiene su primer hijo, y aún es tan ingenuo como para creer que va a lograr desentrañar ciertos misterios... como, por ejemplo, de qué modo aprenden el sentido de las palabras abstractas —es decir, las que no designan un objeto o una acción visible— y de los calificativos morales. La idea argumental de Mira quién habla era, pues, atractiva y tentadora, y sin duda por eso "picó" algún productor, sin reparar en que, para llevarla a la pantalla, hacía falta alguien más hábil que Amy Heckerling. Claro que, contrariamente a lo que puede hacer pensar la película, tiene ya en su haber cuatro o cinco largometrajes como realizadora, y encima, por lo que la taquilla indica, en los tiempos que corren, no es preciso andarse con sutilezas: Mira quién habla ha sido tal negocio que ya están rodando la continuación.
Cabe preguntarse por las razones de este inmerecido éxito, y no es fácil hallar motivos suficientes. Es discreta, y nunca resulta ofensiva. No es brillante ni muy inteligente, pero tampoco es una idiotez, y tiene algunos detalles de comicidad irresistible, de esos que hacen reír al leer el guión y que ni el más torpe director es capaz de anular, porque lo que cuenta es la idea. Los niños que encarnan el bebé en fases sucesivas tienen gracia, y no están mal los actores (Kristie Alley sobre todo, pero hasta John Travolta resulta simpático). Los pensamientos atribuidos por los guionistas al pequeño —dichos por Bruce Willis en la V.O., doblados por Moncho Borrajo en la V.E.— son verosímiles, y suscitan humorística complicidad. En resumen, es una película cómoda, y más bien bondadosa, para espectadores de todas las edades, y parece que todos los públicos, desacostumbrados a este trato, muestran su gratitud corriendo a verla, y ocupándose ellos mismos de hacerle publicidad: no puede decirse que su lanzamiento haya sido espectacular, ni ha tenido en general buena crítica.
En “Todos los estrenos. 1990”. Madrid : Ediciones JC, diciembre de 1990.
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