miércoles, 22 de octubre de 2025

The Killers (Don Siegel, 1964)

"¡Qué grande es el cine!" (03/04/1995)


***

Proyecto de productora: Universal tenía los derechos y el título del relato breve de Ernest Hemingway, y había hecho ya la versión de 1946, dirigida por Robert Siodmak.

Siegel quiso hacerla entonces, pero no le dejaron. Ahora no estaba dispuesto a hacer un mero remake. De hecho, quiso titularla "Johnny North"; no usó más que la idea de arranque, que es lo que escribió Hemingway, y el título a la fuerza; el resto -incluidos los diálogos- poco tienen que ver con el film de Siodmak y nada con el cuento de Hemingway.

Como implica ese punto de partida, algo raro sucede. La astucia de Siegel y su guionista, Gene L. Coon, es no dejar que sean sólo los espectadores quienes se pregunten por la causa de que alguien se deje matar sin tratar siquiera de huir, sino que sea uno de sus ejecutores, un asesino a sueldo, el que, picado por la curiosidad, decida investigar.

Esto es un golpe maestro, porque convierte al asesino en investigador, fusionando en un sólo personaje al killer y al detective de la novela negra. Con el añadido no poco curioso de que, al dejarse picar por la curiosidad, "Charley Strong" (Lee Marvin) no se conduce como el impecable "profesional" que ha sido hasta entonces, sin que a ello le muevan ni la venganza (como en Point Blank, A quemarropa, 1967, de John Boorman) ni medie, como suele suceder con los detectives privados, de Chandler a Macdonald, un encargo. Esta curiosidad es destructiva -como las de los infiltrados o vengadores fullerianos- y además suicida.

Es una película singularmente fría, porque nada sabemos de sus principales protagonistas, salvo lo que revelan su aspecto y sus gestos, su manera de andar o, en general, su conducta; y lo que sabemos de los otros es retrospectivo e indirecto: hasta cuando los supervivientes cuentan su versión de lo que sucedió hace cuatro años, lo hacen un poco "de oídas" y desde fuera, o bien mienten, como "Sheilah Farr" (Angie Dickinson) y "Jack Browning" (Ronald Reagan). El que podría ser más simpático, "Johnny North/Jerry Nichols" (John Cassavetes), aparte de morir a los pocos minutos de empezar la película es demasiado pasivo al final, e ingenuo y crédulo y manipulable, pese a ser irascible e impulsivo, como para despertar excesivas simpatías.

De una gran precisión, sequedad y homogeneidad, pocos momentos destacan, y ninguno quizá llame la atención por su fuerza emotiva. Quizá lo más llamativo e inolvidable sea la actuación inquieta e inquietante de Clu Gulagher, incapaz de estar tranquilo, lleno gestos caprichosos, inexplicables e imprevisibles.

1er flashback a los 13', dura 15' (Claude Akins); 2º a los 48', dura 21' (Norman Fell); 3º a los 80', dura 5'(AD)

Hacia 86', picado al salir, cae CG, LM herido, AD huye.

Texto preparatorio para la intervención en ¡Qué grande es el cine! (3 de abril de 1995)

No hay comentarios:

Publicar un comentario